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LA CENA DEL SEÑOR

Creemos que las Escrituras enseñan que debemos celebrar la Cena del Señor, instituida por el mismo Cristo (Mateo 26:20 al 29), y que debe efectuarse con pan y vino, símbolo del cuerpo y de la sangre del Señor. Quedando a elección de la iglesia la frecuencia con que debe observarse, por no existir en la Biblia ningún mandamiento al respecto (1ª Corintios 11. 26). La cena del Señor se celebra como un memorial constante, para recordar la muerte del Señor Jesucristo hasta que venga. Una buena conducta y un proceder piadoso debe observarse entre los participantes a la mesa del Señor.

 

“La Cena del Señor Jesús fue instituida por Él. la misma noche en que fue entregado,(1) para que se observara en su Iglesia (2) hasta el fin del mundo,(3) para el recuerdo perpetuo y para la manifestación del sacrificio de sí mismo en su muerte,(4) para confirmación de la fe de los creyentes en todos los beneficios de la misma,(5) para su alimentación espiritual y crecimiento en Él,(6) para un mayor compromiso en todas las obligaciones que le deben a Él,(7) y para ser un vínculo y una prenda de su comunión con Él y entre ellos mutuamente.(8)

1. 1Co.11:23al26; Ma.26:20-26; Mr. 14:17-22; Lc. 22:19-23

  1. Hch. 2:41,42; 20:7; 1Co. 11:17-22,33,34

  2. Mr. 14:24,25; Lc. 22:17-22; 1Co. 11:24-26

  3. 1Co. 11:24-26; Mt. 26:27,28; Lc. 22:19,20

  4. Ro. 4:11

  5. Jn. 6:29,35,47-58

  6. 1Co. 11:25

  7. 1Co. 10:16,17

 

En esta ordenanza Cristo no es ofrecido a su Padre, ni se hace en absoluto ningún verdadero sacrificio para la remisión del pecado ni de los vivos ni de los muertos; sino que solamente es un memorial de aquel único ofrecimiento de sí mismo y por sí mismo en la cruz, una sola vez para siempre,(1) y una ofrenda espiritual de toda la alabanza posible a Dios por el mismo.(2) Así que el sacrificio papal de la misa, como ellos la llaman, es sumamente abominable e injurioso para con el sacrificio mismo de Cristo, la única propiciación por todos los pecados de los elegidos.

  1. Jn. 19:30; He. 9:25-28; 10:10-14; Lc. 22:19; 1Co. 11:24,25

  2. Mt. 26:26,27,30 con He. 13:10-16

 

El Señor Jesús, en esta ordenanza, ha designado a sus ministros para que oren y bendigan los elementos del pan y del vino, y que los aparten así del uso común para el uso sagrado; que tomen y partan el pan, y tomen la copa y (participando también ellos mismos) den ambos a los participantes.(1)

  1. 1Co. 11:23-26; Mt. 26:26-28; Mr. 14:24,25; Lc. 22:19-22

 

El negar la copa al pueblo,(1) el adorar los elementos, el elevarlos o llevarlos de un lugar a otro para adorarlos y el guardarlos para cualquier pretendido uso religioso,(2) es contrario a la naturaleza de esta ordenanza y a la institución de Cristo.(3)

  1. Mt. 26:27; Mr. 14.23; 1Co. 11:25-28

  2. Ex. 20:4,5

  3. Mt. 15:9

 

1Co. 11:27; Los elementos externos de esta ordenanza, debidamente separados para el uso ordenado por Cristo, tienen tal relación con Él crucificado que en un sentido verdadero, aunque en términos figurativos, se llaman a veces por el nombre de las cosas que representan, a saber: el cuerpo y la sangre de Cristo;(1) no obstante, en sustancia y en naturaleza, esos elementos siguen siendo verdadera y solamente pan y vino, como eran antes.(2)

  1. Mt. 26:26-28

  2. 1Co. 11:26-28; Mt. 26:29

 

Esa doctrina que sostiene un cambio de sustancia del pan y del vino en la sustancia del cuerpo y la sangre de Cristo (llamada comúnmente transustanciación), por la consagración de un sacerdote, o de algún otro modo, es repugnante no solo a la Escritura (1) sino también al sentido común y a la razón; echa abajo la naturaleza de la ordenanza; y ha sido y es la causa de muchísimas supersticiones y, además, de crasas idolatrías.

  1. Mt. 26:26-29; Lc. 24:36-43,50,51; Jn. 1:14; 20:26-29 Hch. 1:9-11; 3:21; 1Co. 11:24-26; Lc. 12:1; Ap. 1:20; Gn. 17:10,11; Ez. 37:11; Gn. 41:26,27

Confesión Bautista de Fe: Pág. 90, 91. Editorial Peregrino. 1997.

 

“Contra la opinión y la practica de la iglesia romana, sostenemos que tanto el vino como el pan de la cena tienen que ser dados a todos los fieles, según la orden de Jesucristo”.

Le vérité chrétenne. Pág. 169. Charles Édouard Barut.

 

“Nosotros creemos, que la Cena del Señor es simbólica en su significado... la cena es un acto conmemorativo de la muerte de Cristo por nuestros pecados. El hace que el pan represente su cuerpo quebrantado y que el vino represente su sangre derramada para la remisión de los pecados (Mateo 26. 26 al 28). Pablo dice que siempre que nosotros comemos del pan y bebemos del vino, anunciamos la muerte del Señor. El pan y el vino constantemente nos recuerda el cuerpo quebrantado y la sangre derramada del Salvador”.

Doctrina Cristiana. Págs. 339-340 Walter thomas Conner

Casa Bautista de Publicaciones

 

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