EL MUNDO VENIDERO
Creemos que las Escrituras enseñan que se acerca el fin de este mundo (1ª Pedro 4.7), que en el día postrero Cristo descenderá del cielo (Hechos 1:11), y levantará los muertos del sepulcro para que reciban su retribución final (Hechos 24:15); que entonces se verificará una separación solemne (Mateo 13:49), que los impíos sentenciados al castigo, y los justos al gozo sin fin (Mateo 25:31 al 46), este juicio determinará para siempre, sobre los principios de justicia, el estado final de los hombres, en la tierra restaurada (Isaias 66: 22 y 23; Mateo 5:5) o en el lago de fuego (2ª Tesalonicenses 1:9 al 12); (Apocalipsis 20: 11 al 15)
Creemos que el creyente al morir:
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Su espíritu se traslada directamente al cielo (Eclesiastés 12: 7, Lucas 23:43 al 46; Hechos 7:59 y Lucas 16:22 y 23).
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Sabemos que si nuestra morada terrestre (nuestro cuerpo),se deshace, tenemos de Dios una morada eterna en los cielos (2ª Corintios 5:1 al 6 y 8, Filipenses 1:22 y 23).
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Para el creyente, el vivir es Cristo y el morir es ganancia (Filipenses 1:21; 2ª Timoteo 4.6 al 8).
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Ni la muerte nos puede separar del amor de Dios (la salvación) (Juan 3.16; Romanos 8.35 al 39).
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Con la seguridad de que los muertos, no pueden comunicarse con los vivos, pues no tienen más parte en lo que se hace debajo del sol (Eclesiastés 9.5 y 6; Isaías 8:19 y 20; Lucas 19:31 y Deuteronomio 18:10 y 11).
“Los santos que se encuentren vivos en el último día no dormirán, sino que serán transformados,(1) y todos los muertos serán resucitados (2) con sus mismos cuerpos, y no con otros,(3) aunque con diferentes cualidades,(4) y éstos serán unidos otra vez a sus almas para siempre.(5)”
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1Co. 15:50-53; 2Co. 5:1-4; 1Ts. 4:17
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Dn. 12:2 Jn. 5:28,29; Hch. 24:15
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Job. 19:26,27 Jn. 5: 28,29; 1Co. 15:35-38,42-44
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1Co. 15:42-44,52-54
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Dn. 12:2 Mt. 25:46
“Los cuerpos de los injustos, por el poder de Cristo, serán resucitados para deshonra;(1) los cuerpos de los justos, por su Espíritu,(2) para honra,(3) y serán hechos entonces semejantes al cuerpo glorioso de Cristo.(4)”
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Dn. 12:2 Jn. 5:28,29
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Ro. 8:1,11; 1Co. 15:45; Gá. 6:8
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1Co. 15:42-49
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Ro. 8:17,29,30; 1Co. 15:20-23,48,49; Fil. 3:21; Col. 1:18; 3:4 1Jn. 3:2 Ap. 1:5.
Confesión Bautista de Fe. Pág. 93, 94. Editorial Peregrino. 1997.
“Todo aquel que sea realista pensará sin duda sobre su muerte y sobre la eternidad, puesto que la eternidad es un estado permanente, al cual podemos entrar quizá muy pronto, como más tarde dentro de una década. La actuación típica de un realista es hacer previsiones por adelantado”.
¿Qué hay después de la muerte? Pág. 25 M. Basilea Schlink. CLIE.